La palabra “Tierra” en Génesis 1:1

Dr. Niels-Erik Andreasen, Andrews University, Berrien Springs, Michigan

¿Cómo podemos entender la palabra “tierra” en Génesis 1:1? ¿Dice el texto que vida y la materia orgánica fueron creadas juntas, o postula que la vida es muy reciente y que la materia inorgánica posiblemente haya existido mucho antes de la semana de la creación? El autor examina las dificultades que implica la traducción de la palabra “tierra” en el texto hebreo.

La frase con la que se inicia el Antiguo Testamento es bella en su simplicidad, “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” Incluso un niño puede comprenderla y, no obstante, cada palabra ha sido objeto de discrepancia.1 La palabra “tierra” no es una excepción. La cuestión es si la palabra se refiere a) al material físico de la tierra,2 b) al planeta tierra como una parte del sistema solar,3 c) o a nuestra tierra en el sentido de la tierra sobre la cual puede existir la vida.4 Trataremos esta cuestión muy brevemente a través de la revisión de cuatro problemas. Primeramente, examinaremos el significado y el uso de la palabra “tierra” (hebreo eres). En segundo lugar, consideraremos la palabra en el contexto de Génesis 1:1. En tercer lugar, nos detendremos en el problema de Génesis 1:2. Finalmente, buscaremos averiguar cuál es la concepción bíblica del mundo físico como se expresa en este versículo.

La Palabra Tierra

La palabra hebrea que corresponde a la española “tierra” en Génesis 1:1 es eres y se traduce generalmente como “suelo”, “tierra”, o similares. ¿Podemos ser más específicos en cuanto a su significado? Para responder a esta pregunta el intérprete comúnmente comienza por buscar en las raíces del significado examinando la palabra en su contexto del Cercano Oriente.

La palabra egipcia más común para “tierra” tiene varios significados que van desde “tierra”, “polvo”, “barro” y “suelo” hasta “territorio”, “nación” y región”.5 También sucede con la palabra para cielo, en relación con esto formando una pareja de palabras indicando el cosmos (deificado). Desafortunadamente no es posible determinar cuál de estos significados es el original.6

El lenguaje acádico de la antigua Mesopotamia empleaba diversas palabras para tierra, pero una, eresetu, se relaciona claramente con la hebrea eres.7 Se usaba juntamente con la palabra šamu (cielo) para formar la familiar pareja cielo y tierra, indicando la totalidad del mundo, o también el universo. Resulta interesante que también se refiere al mundo secreto, a la tierra del no retorno, y menos frecuentemente a la tierra o territorio de

un gobernante. Finalmente significa “suelo”, el material que puede labrarse, mojarse con sangre y utilizarse para enterrar.

Estrechamente relacionado con el lenguaje hebreo están los dialectos semíticos del oeste de Canaán y Fenicia. En ugarítico – rs significa “tierra”,8 y de nuevo se incluye en la antítesis a cielo/ nubes, indicando por lo tanto la esfera de la vida humana. En otros sitios especifica a la tierra a la que uno puede caer, sobre la que llueve, y a partir de la que se producen cultivos.9 Finalmente la palabra aparece en la inscripción Mesha (moabita) significando “país” (Quemos está airado con su país).10

Estas ilustraciones pueden multiplicarse, pero la idea emergente no cambiaría mucho. En el Antiguo Cercano Oriente se usaba mucho una palabra “tierra” relacionada con la hebrea eres, y que tenía el significado de “tierra”, “suelo” y “territorio”. Sólo su contexto indicará si la referencia se hace a todo el mundo (lo que podemos llamar planeta), a la superficie de la tierra en la cual vive la vida, o al territorio de la tierra.

El hebreo eres (tierra) aparece más de 2500 veces en el hebreo (y el arameo) del Antiguo Testamento. Examinarlas todas, o incluso una buena parte de ellas, escapa a las posibilidades de este artículo. Sin embargo, incluso una mirada superficial a la palabra sugiere que su significado varía en el Antiguo Testamento del mismo modo que ocurre con su uso fuera del Antiguo Testamento, e incluye las ideas de planeta tierra, superficie y territorio.

Así eres se refiere as la totalidad de la tierra (o planeta); por ejemplo en expresiones como “el Dios del cielo y de la tierra” (Gén 24:3), “creador del cielo y la tierra” (Gén 14:19, 22), y “El cielo es mi trono y la tierra es mi...” (Isa. 66:1). Esto no significa que la tierra siempre se concibiera como una esfera tal como en la actualidad. De este modo es descrita (poéticamente) como teniendo cuatro esquinas (Isa. 11:12) y términos (Isa. 40:28). También se dice que tiene un censo, literalmente, un ombligo (Eze. 38:12) y que puede temblar y estremecerse (Sal. 18:7) y tambalearse como un borrachín (Isa. 24:19f).

En segundo lugar, además de la doble división del mundo en cielo y tierra (planeta) aparece en la Biblia una tercera división. El cielo está arriba, el agua debajo, y la tierra es el suelo seco entre los dos (Éx. 20:4; Sal. 135:6). En estos casos eres (tierra)

se refiere solamente a la superficie seca, o al suelo donde se da la vida (Sal. 52:5; Isa. 38:11). También proporciona a la muerte sus sepulcros (Isa. 26:19, Eze. 31:14). Además el polvo seco y los lugares desiertos son parte de ella (Deum. 28:23; 32:10; Sal. 107:34; Jer. 2:6). De este modo, la tierra no es solamente la superficie que soporta la vida. La palabra eres también designa sus variados y específicos materiales. Una persona puede estar clavada ella (1 Sam. 26:8) y la sangre puede derramarse sobre ella (1 Sam 26:20). En este aspecto, eres recibe un significado cercano al de adama (terreno, suelo, tierra),11 pero primariamente es la superficie sobre la que puede crecer la vida (Gén. 1:11; Deut. 1:25).

Finalmente, eres significa “tierra” en el sentido de un territorio circunscrito. Así podemos encontrar “la tierra del norte” (Jer. 3:18); “la tierra de la llanura” (Jer. 48:21); “la tierra de los padres” (Gén. 31:3); “la tierra de su cautividad” (1Rey. 8:47); “la tierra de los cananitas” (Éx. 13:5); “la tierra de Israel” (1Sam. 13:19); “la tierra (territorio) de Benjamín” (Jer. 1:1); y la tierra de Yahveh” (Ose. 9:3).

De nuevo debemos concluir sin una clara definición de nuestro término. Tierra, terreno seco, suelo, territorio, todas son traducciones comunes y aceptables de la palabra eres en el Antiguo Testamento. Solo el contexto puede guiarnos en la selección de una traducción apropiada.

La Tierra en el Contexto de Génesis 1:1

Resulta difícil de llevar a cabo una investigación contextual en un espacio limitado, dado que el contexto de un versículo o de una palabra se compara bien con las ondulaciones hechas cuando se tira una roca al agua. El problema se hace mayor a medida que se le persigue. Consecuentemente solo podemos hacer observaciones sumarias.

El contexto inmediato es el versículo 1, especialmente la expresión “los cielos y la tierra”.12 Es una expresión familiar13 que se toma generalmente como una referencia a todo –la totalidad del mundo, basándose en el hecho de que el cielo y la tierra son los límites extremos para incluir cualquier cosa entre ellos, es decir, el mundo entero.14 Por supuesto que también podríamos leer la expresión como una referencia a los lugares de residencia y a los reinos de Dios y del hombre respectivamente (Ecl. 5:2). En este caso, la bóveda celeste y la superficie terrestre serían los significados a los que se refiere. Sin embargo, en el contexto de la creación divina existe algún apoyo en el Antiguo Testamento para entender estos t’erminos como una inclusión (de todas las cosas) en lugar de una especificación de los reinos (Sal. 136:1-9; Isa. 40:21-23; 45:11f).

La traducción completa de Gén. 1:1 es difícil, y las versiones recientes de la Biblia lo dejan ver claramente.15 Este tema no se abarcará aquí excepto para decir que el versículo 1 es probablemente una introducción general a todo el relato de la creación (Gén. 1:1; 2:4)16 y debería traducirse “En el principio Dios creó los cielos y la tierra”. El cielo y la tierra, entonces, es algo que continúa en el relato, comenzando con el primer acto creador de Dios creando la luz (versículo 3). A continuación, el segundo día testimonia la formación de la tierra (versículo 10), seguida de la creación de sus respectivos contenidos (versículos 11-2:1).

La tierra emergente (vers. 9) yabašsa (tierra seca) se llama eres (tierra) como opuesta a las aguas que son llamadas mar. Esto podría conducirnos simplemente a identificar eres como el sustrato sólido físico (tierra, rocas, etc.) si no fuera por el hecho de que la palabra eres (tierra) también se usa en el versículo 2 para describir lo que todavía no se había separado entre tierra seca y mar. Consecuentemente, algunos pueden concluir que eres (tierra) tiene al menos dos significados en el primer capítulo de la Biblia. Obviamente se refiere a la tierra seca (vers. 10) y también a algo vacío y sin forma que la procede (vers. 2).

Parece claro que el primero de estos significados, “tierra seca”, domina el resto del capítulo (vers. 11,12, 20, 22, 24, 26, 29, 30). En una ocasión (vers. 25), la tierra (eres) se identifica específicamente con el suelo (adama) como si quisiera subrayar ese aspecto. Sin embargo en unos pocos lugares puede ser preferible un significado más global de eres. Así, los versículos 14-19 hablan del sol, la luna, las estrellas y sus relaciones con la tierra. Están posicionados en el firmamento no sólo para dar luz, sino también para medir las estaciones, días y años. Parece que aquí se está considerando el sistema solar y sus movimientos (como entonces se entendían). De manera similar, Gén 2:1,4 hablan de los cielos, la tierra, y sus huéspedes, indicando, como podemos inferir, todo el sistema solar, y de este modo completar el relato que comenzó en el versículo 1.17

Podemos así obtener las siguientes conclusiones. En general, la palabra eres (tierra) se refiere en Gén 1:1-2:4 a la tierra seca, distinguiéndola del aire y el mar, en la cual pueden vivir las plantas, animales y el hombre. Es decir, eres es la superficie de la tierra. En segundo lugar, el relato también indica que esta tierra es parte de un sistema solar más grande, incluyendo al sol, la luna y las estrellas,18 y por tanto tiene un significado más amplio que el mero sustrato seco sobre el que permanecemos. Es al menos un dominio, el tipo de cosa a la que nos referimos por el adjetivo “terrestre”. Como tal, incluye el mar para los peces y el aire para los pájaros, los cuales fueron creados juntos en el quinto día, antes que los animales terrestres. En tercer lugar, en la expresión “cielo y tierra”, eres es parte de una inclusión que abarca cualquier cosa que Dios ha creado desde el reino terrenal hasta el celestial. Sin embargo, aquí eres es menos instructivo para nuestra pregunta, pues no hace referencia ni al material ni al territorio de la tierra, sino simplemente a la parte inferior del espectro que describe la creación completa de Dios. Por lo tanto, cuando preguntemos, ¿en qué consiste el cielo y la tierra que Dios creó en Gén 1:1?, probablemente deberíamos responder, cualquier cosa que sigue en Gén 1:2-2:4, pero la atención principal se le da a la tierra, la superficie que puede sostener y mantener la vida.

El Problema de Génesis 1:2

La anterior situación nos deja con el difícil problema de Génesis 1:2, un versículo que a menudo se usa para describir la

condición del estado inicial de la tierra. Pero ¿qué se está queriendo decir con el término “tierra”? ¿Un material físico, un planeta o un substrato cubierto con agua? ¿Podemos de algún modo penetrar la pantalla que tapa la obra creativa de Dios y saber cómo la llevó a cabo realmente en el principio? Acerca de estos puntos se han hecho varias propuestas.

  1. El versículo describe la existencia de la tierra en el intervalo entre la creación de la materia original y la creación de la vida. O bien debería ser visto como el material en bruto esperando a tener forma en una tierra ordenada,19 o, siguiendo la llamada hipótesis de restitución,20 describe un mundo caído de su gloria pristina a la manera de Lucifer (versículo 1).
  2. El versículo describe el primer trabajo creador de Dios, una oscura tierra acuosa, en el primer día de la semana de la creación. Esta idea puede resultar chocante en la secuencia de las obras creadoras de Dios comenzando con la luz y terminando con el hombre, y podría inducir a la posible sugerencia de que el primer acto creador de Dios no fue bueno.21 Sin embargo, Young ha argumentado que esta primera tierra creada por Dios era realmente buena, aunque no estaba preparada todavía para la vida.22 Aquí eres tendría diferentes significados en el versículo 2 y en el versículo 10. El último mostraría un desarrollo más allá de lo anterior.
  3. El versículo 2 describe un caos que se mantiene no tanto antes de la creación como en oposición con la creación, expresando una posibilidad amenazante y siempre presente del juicio divino.23 Aquí la tierra del versículo 2 es la tierra del versículo 10 como debería ser o como podría ser sin el poder creativo de Dios.
  4. El versículo describe la tierra antes de la creación y la caracteriza como “nada”, esto es, nada más que la condición en la que la creación de la tierra puede ocurrir. De acuerdo con esta acepción muy común, eres (tierra) en el versículo 2 no tiene especial significado (parecido a una habitación totalmente vacía que no tiene contenido).24 Aquí el versículo 2 reitera el tema del versículo 1, pero en sentido negativo, esto es, que Dios ha creado todo al principio.

Esto significa que eres (tierra) en el versículo 2 no sirve degran ayuda para resolver nuestro problema, excepto, por supuesto, en el caso de que situemos un hueco (vacío) entre los versículos 1 y 2 de modo que el versículo 1 se convierta en una frase temporal y el versículo 2 en una descripción de la materia previa a la vida, lo que va en contra de algunos minuciosos estudios del problema.25 Alternativamente, el versículo 2 no contribuye a una descripción de la tierra creada, a menos que sigamos la idea de Young, pero esto conlleva serias dificultades, particularmente que la sugerida creación divina de la tierra en el versículo 2 no sigue el modelo de las otras obras de Dios en la creación. Si

eliminamos las propuestas 1 y 2, nos quedamos con la 3 y la 4, ninguna de las cuales contribuye en nada a nuestro concepto de la primera tierra, de la manera que Dios la creó.

Consecuentemente tenemos que revertir otra vez sobre Génesis 1:1 que anuncia de forma resumida que Dios creó los cielos y la tierra, seguido por una descripción de este evento. Parecería que la tierra (eres) es la tierra seca sobre la cual puede crecer la vida, aunque se reconoce que este dominio es parte de un sistema mayor (sol, luna, estrellas) que da luz y ordena sus estaciones temporales.

La Tierra en el Pensamiento Bíblico26

Llegamos ahora a una cuestión final. ¿Qué conclusiones podemos sacar de las consideraciones anteriores relativas a las cuestiones geofísicas con las que comenzamos? Se refiere Génesis 1:1 a la creación de la tierra material, del planeta tierra, o del suelo de la superficie de la tierra? Para responder a esto necesitábamos primero averiguar el significado de la palabra “tierra”. Hemos encontrado que generalmente significa tierra firme (ciertamente en Gén 1-2:4), aunque con el conocimiento de que la tierra consiste en algo más que su suelo (vers. 14-19). Sin embargo, cuando formulamos cuestiones a la Biblia, podemos también averiguar acerca de la disposición de ella a reconocer nuestras distinciones y nuestras razones para hacerlo.

Por ejemplo, nosotros distinguimos entre tierra y planeta porque la ciencia nos ha dado una larga cronología para la existencia del planeta, mientras que la Biblia nos ha dado una corta cronología para la tierra. Pero no hay evidencia de que la Biblia se enfrentara con este problema. Más bien, se distingue entre la tierra como terreno y como planeta (mundo) porque la primera representa el reino de la vida humana y su dominio, mientras que la última es la obra de Dios y la carga que lleva: así Dios creó los cielos y la tierra (el mundo entero), mientras que la tierra (suelo seco) fue hecha para la vida y la humanidad. La distinción se basa en una perspectiva de la función, no de la cronología, y consecuentemente no se puede esperar ninguna distinción temporal explícita entre las dos, ni tampoco se encuentra en el texto.

Lo mejor que podemos decir acerca de la creación de la tierra en Gén 1:1 es que se refiere a este mundo, nuestra tierra, y que conlleva el sistema ecológico en el cual vivimos. Se puede decir mucho más acerca de las cuestiones geofísicas en la época actual, pero la Biblia generalmente guarda silencio acerca de ello. De este modo, nuestro descubrimiento de que la palabra eres (tierra) se refiere primariamente a la superficie seca de nuestro planeta y a su vida no nos permite concluir que Génesis 1 representa una segunda etapa de una creación en dos fases, primero la materia del planeta, después la tierra, con un intervalo temporal en medio. Permite una distinción de la perspectiva entre nuestro sistema del mundo, cielo y tierra, y la tierra como terreno seco con su vida y sus territorios, pero cualquier distinción temporal entre ellos ha de provenir de nuestra propia iniciativa, sin fuente bíblica. No carece de significado el hecho de que el relato de la creación comience con una simple palabra, berešit, que quiere decir “en el principio” (y no con la palabra “Dios”, como algunos ha pensado). De este modo, la Biblia nos enseña que cualquiera que desee comprender el relato de la creación no ha de tratar de averiguar lo que pudo suceder antes del comienzo, porque en el comienzo sólo está Dios, nada más. Las Biblia nos invita a investigar acerca de lo que sucedió a partir del comienzo de la creación, pero no responde a todas nuestras cuestiones.

REFERENCIAS

  1. El número de publicaciones e interpretaciones es abrumador. Ver por ejemplo, Eichrodt W. 1962. “In the beginning”, p 1-10, en Israel’s Prophetic Heritage, Nueva York; Hasel GF. 1972. Recent Translations of Genesis 1:1: a Critical Look. The Bible Translator 22:154-167; Young EJ. 1964. Studies in Genesis One, Philadelphia, Ridderbos HH. 1958. Genesis 1:1 und 1, Oudtestamentische Studiën 12:214-260; Schmidt WH. 1967. Die Schöpfundsgeschichte (Neukirchen); Westermann C. 1967. Genesis BK 1⁄2 (Neukirchen), p 130-141.
  2. Esta posición es inusual, y está probablemente influenciada por las palabras tohu wabohu (sin forma y vacía) en el versículo 2. Ver Calvin J. 1847. Genesis. Edimburgo, p 70; Clarke’s commentary, 1830, vol. I. Nueva York, p 30.
  3. Esta es la opinión más común. Se lee “los cielos y la tierra” (versículo 1) como una expresión del mundo entero, del universo o algo parecido. Gunkel H. 1922. Genesis (5a edición), Gottingen, p 102; Skinner J. 1910. Genesis. Nueva York, p 14; Westermann, Genesis, p 140f.
  4. Una idea expresada con menos frecuencia que cuestiona que el Antiguo Testamento tiene una perspective universal. En cambio, su perspectiva es limitada a la bóveda del cielo con la tierra debajo. Ver Young, Studies in Genesis One, p 9f; Cassuto U. 1978. A Commentary on the Book of Genesis, vol I. Jerusalen, p 26; Vawter B. 1977. On Genesis: A New Reading. Nueva York, p 38.
  5. Helck W, Otto E. 1975. Lexicon der Ägyptologie. Wiesbaden, p 1263f.
  6. Ver Morenz, S. 1973. Egyptian Religion. Londres, pp. 29f.
  7. The Assyrian Dictionary, 1958. Vol. IV, Chicago, pp. 311-313.
  8. Ugaritic Textbook. 1958. Roma, pp. 366f.
  9. Ver Botterweck GJ, Ringgren H, eds. 1978. Theological Dictionary of the Old Testament, vol I. Oxford, p 74.
  10. Gibson JCL. 1971. Textbook of Syrian Semitic Inscriptions, vol. I Oxford, p 74.
  11. Miller PD. 1978. Genesis 1-11. Journal for the Study of the Old Testament Supplement 8:371.
  12. La palabra hebrea cielo (šamayim) es plural, indicando quizá las regiones celestiales. Ver LIJ Stadelmann, SJ. 1970. The Hebrew conception of the world. Analecta Biblica 39:37-41, Roma.
  13. Ver Habel NC. 1972. Yaweh, maker of heaven and earth, a study in tradition criticisms. Journal of Biblical Literature 91:321-337.
  14. Ver Honeyman AM. 1952. Merismus in biblical Hebrew. Journal of Biblical Literature 71:16.
  15. Ver la New English Bible, la New American Bible, la New Jewish Version, la Anchor Bible. Todas ellas abandonan la traducción tradicional “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”.
  16. Ver Hasel, Recent Translations of Genesis 1:1.
  17. Ver Schmidt, Die Schöpfundsgeschichte, p76.
  18. El término hebreo cocavim (estrellas) hace referencia a cuerpos celestes diferentes al sol y a la luna. Sobre la base solamente de la palabra es posible una distinción entre los planetas y las estrellas fijas. La referencia a las estrellas aquí es incidental, casi parentética, para completar esta descripción. Ver Westermann, Genesis, p 182.
  19. La idea presupone una primera creación del universo material y está favorecida por aquellos científicos que aceptan una larga cronología para la material y una corta cronología para la vida en la tierra.
  20. También llamada “Ruina-Reconstrucción de Génesis 1:2”, en Lammerts WE, ed. 1971. Scientific Studies in Special Creation, Filadelfia, p 32-40.
  21. Childs B. 1962. Myth and Reality in Old Testament, Nueva York, p 31-43.
  22. Simpson CD. 1952. Genesis. In: Interpreter’s Bible, vol. I, Nueva York, p 468.
  23. Young, Studies in Genesis One, p32.
  24. Los argumentos que apoyan esta interpretación se obtienen de los relatos de la creación del antiguo Cercano Oriente y de Génesis 2:4, que utilize la formula ‘cuando todavía no existía ninguna planta’, etc. Ver Westermann, Genesis, p 1411; Ridderbos, Genesis 1:1 und 2, p 224227, et al.
  25. Ver nota 1 arriba.
  26. Para una valoración completa de este aspecto, ver Stadelmann, The Hebrew Conception of the World, p 126-154.