Cueva de Umajalanta

Una Maravilla Natural en el Parque Nacional de Torotoro, Bolivia

Torotoro es un lindo y pintoresco pueblo del centro de Bolivia que atrae a los turistas por su riqueza geológica y paleontológica. Muchos de ellos completan su visita con una aventura en la oscuridad: la visita a la Cueva de Umajalanta.

Esta cueva se formó en las rocas que forman el Sinclinal de Torotoro, el cual es el resultado del plegamiento tectónico en forma de “U” de las capas sedimentarias del Paleozoico y Mesozoico, las cuales incluyen las capas del Cretácico que contienen las pisadas de dinosaurios y otros fósiles. Algunas de estas capas son de roca caliza o arenisca caliza, las cuales contienen el mineral calcita, compuesto de carbonato cálcico (Ca2 CO3 ), como cemento natural de los granos de arena. Este cemento calizo se disuelve con cierta facilidad por la acción del agua circulante cuando ésta está enriquecida en CO2 . La roca caliza es muy compacta e impermeable pero la deformación de las capas por el plegamiento tectónico facilitó el agrietamiento y la formación de fisuras que permiten la circulación del agua desde la superficie al subsuelo. Al fluir el agua por los intersticios de la roca, la calcita se disuelve, creando oquedades, canales, grietas y orificios en la roca. A veces el suelo por encima de estas oquedades se hunde o colapsa, creando paisajes agrietados en la superficie. Los geólogos los llaman paisajes kársticos, a partir de una región del NE de Italia y O de Eslovenia que recibe dicho nombre.

La formación de las cuevas kársticas implica la disolución de la roca original, y puede ir acompañada de la caída de bloques rocosos de las paredes, incluso del colapso de parte del techo exponiendo la cueva al exterior. El dióxido de carbono (CO2 ) se disuelve en el agua formando ácido carbónico, el cual fácilmente disuelve la roca caliza.

En ciertas áreas de la cueva se puede producir el proceso inverso: la precipitación o deposición de mineral calcita en las paredes, techo y suelo formando los llamados espeleotemas, siendo los más típicos las estalactitas, estalagmitas, y columnas.

Visitar la Cueva de Umajalanta

Esta cueva está a unos pocos kilómetros a las afueras del pueblo de Torotoro, Bolivia, y se accede por un camino sin asfaltar. Al final del camino se deja el vehículo y se ha de caminar un poco más de un kilómetro por un sendero hasta la misma entrada de la cueva. Para acceder a la cueva se debe obtener permiso del Parque Nacional de Torotoro, y realizar la excursión en compañía de guías profesionales del Parque. La visita dura de dos a tres horas, dependiendo del recorrido que se lleve a cabo. Puesto que la cueva no tiene senderos naturales o construidos, la visita puede ser difícil para personas con limitaciones físicas o dificultades locomotoras. Desde la misma entrada, existen numerosos bloques grandes y pequeños de roca que hay que subir, bajar o rodear, muchos de ellos en estado resbaladizo. Los recorridos más largos incorporan pasadizos y grietas muy estrechas, en los que hay que agacharse, arrastrarse, escalar, descender y hacer fuerza para poder avanzar.

A pesar de estos obstáculos, miles de turistas cada año visitan la cueva y disfrutan de su estado natural y de la belleza interior. Se recomienda llevar calzado de montaña con suela no resbaladiza, y que proteja los tobillos. Una chaqueta o abrigo medio es recomendable, pues la temperatura del interior de la cueva es más baja que en el exterior.

Entrada a la Cueva de Umajalanta, Parque Nacional Torotoro, Bolivia.

Puesto que la cueva no está iluminada, la visita se hace llevando un casco con luz incorporada. Sin embargo, muchos turistas recomiendan portar una linterna de mano potente, que les permitirá ver mejor las bellas formaciones rocosas del interior.