Cuestión de impacto: cuando la ciencia se convierte en un ejercicio de fe

En 1980, un equipo de investigadores dirigidos por el físico Luis Álvarez descubrió una capa sedimentaria en el límite Cretácico-Terciario (K-T) que contenía una concentración anormalmente alta de iridio (Ir). Este elemento es extremadamente raro en la corteza terrestre pero relativamente abundante en los asteroides y meteoritos condríticos.

El equipo de Álvarez propuso que un asteroide había golpeado la Tierra al final del Cretácico, dispersando una cantidad anómala de iridio en la atmósfera que posteriormente cayó sobre la superficie terrestre.

Pocos años después de la formulación de esta hipótesis, los geofísicos descubrieron

un cráter de impacto en Chicxulub, en la Península de Yucatán, México, que ha pasado a ser considerado por los partidarios de este modelo como el lugar probable del impacto extraterrestre que acabó con los dinosaurios. Teniendo en cuenta la cantidad de iridio presente en la capa K-T, los investigadores han estimado que el meteorito tuvo que ser por lo menos 10 km de diámetro.

¿Cuáles habrían sido las consecuencias del impacto de un meteorito de semejante tamaño? Los científicos especulan que habría liberado grandes cantidades de polvo a la atmósfera, bloqueando la luz solar e impidiendo el proceso normal de fotosíntesis durante varios años. Esto habría provocado la extinción de muchas plantas, del fitoplancton y de otros muchos organismos. La lluvia ácida habría caído sobre la tierra provocando más muertes, y enormes extensiones de bosque se habrían quemado a causa de los incendios, añadiendo aún más partículas tóxicas al aire.

Aunque este escenario parece verosímil, la cantidad de evidencia a su favor es realmente escasa, y existe desacuerdo en la comunidad científica acerca de cuándo ocurrió el impacto, sus consecuencias biológicas, la procedencia del iridio y la relación con la extinción de los dinosaurios (y otros organismos). La teoría del impacto presenta problemas significativos, algunos de los cuales se describen a continuación.

Algunos científicos afirman que la liberación de grandes cantidades de polvo y cenizas procedentes del impacto habría causado el enfriamiento de la tierra por un corto período de tiempo, suficiente sin embargo para acabar con animales sensibles a la temperatura como los dinosaurios. Según otros científicos, las grandes cantidades de CO2 producidas por numerosos incendios a nivel mundial habrían causado un efecto invernadero temporal. Finalmente, algunas voces sugieren que tanto el enfriamiento global como el calentamiento global ocurrieron de manera sucesiva.

Con respecto al tamaño del cráter de impacto (el cráter de Chicxulub), hay quien opina que el meteorito asociado no era suficientemente grande como para causar una extinción a nivel mundial.

En medio del clima de desacuerdo que reina entre los científicos con respecto a este asunto, muchos de ellos han adoptado una posición definida y utilizan todas las evidencias a su alcance para apoyar su modelo preferido.

Un artículo publicado recientemente en la revista Science insistía  en que el impacto de Chicxulub en la península de Yucatán acabó con los dinosaurios. El documento, presentado por un grupo de 41 autores muchos de los cuales son geofísicos, daba la sensación de que finalmente se había llegado a un consenso.

Sin embargo, las cartas que llegaron posteriormente a la redacción de Science pusieron inmediatamente en duda el supuesto consenso. En ellas no se cuestionaba la veracidad del impacto sino su relación con la extinción masiva. Una carta firmada por 29 científicos, paleontólogos en su mayoría, calificó el escenario que asocia la extinción de los dinosaurios con el impacto del meteorito como "simplista" e incoherente con el patrón habitual de la mayoría de extinciones de organismos marinos y terrestres. Según estos expertos, el registro fósil muestra muchos otros casos de extinciones en masa, ninguno de ellos asociado con un impacto. "Por otro lado", añaden, "el registro geológico contiene muchos otros casos de grandes impactos sin extinciones asociadas." [1]

Una segunda carta declaró que en el artículo se habían interpretado erróneamente los datos que apoyan el modelo volcánico de la extinción K-T, y que dicha extinción pudo de hecho ser causada por los cambios climáticos que siguieron a los enormes flujos de lava de las erupciones del Decán en la India. 2
Una tercera carta señaló que la carta anterior estaba basada en pruebas selectivas, y que sus autores habían hecho caso omiso de "la gran cantidad de evidencia incompatible con su conclusión, evidencia acumulada por científicos de diferentes disciplinas (paleontología, estratigrafía, sedimentología, geoquímica, geofísica y vulcanología), que claramente indica un escenario complejo con una combinación de impactos extraterrestres, vulcanismo, y cambio climático." 3

Algunos paleontólogos han propuesto la hipótesis del "impacto múltiple", que propone que varios meteoritos impactaron la Tierra en la época del límite K-T, diezmando progresivamente la población de océanos y continentes. 4

El debate en curso sobre el papel de los impactos de meteorito en las extinciones constituye un poderoso ejemplo de cómo funciona la ciencia y las limitaciones de las explicaciones científicas. Durante las últimas décadas la mayoría de los geólogos, ayudados por la simpatía incondicional de los medios de comunicación (TV, periódicos, películas, etc.), han explicado la extinción de los dinosaurios como el resultado del impacto de un meteorito gigantesco. La idea ha pasado de ser una hipótesis plausible a considerarse un hecho prácticamente indiscutible, convirtiéndose en la teoría favorita de las publicaciones tanto populares como académicas.

Sin embargo, no todos los científicos están de acuerdo con esta explicación y hay evidencia significativa que pone en duda su veracidad. De hecho, algunos estudios de campo recientes  sugieren que los impactos de meteorito pudieron no tener nada que ver con la desaparición de los dinosaurios. Estos estudios se han convertido en objeto de intenso debate entre los científicos proponentes de las dos ideas opuestas, sin que por el momento se haya alcanzado una conclusión aceptable.

En un comentario sobre el rechazo a cualquier explicación alternativa al impacto de Chicxulub, la paleontóloga Gerta Keller afirmó que éste es

"el problema principal por la que la teoría de extinción masiva del límite K-T ha permanecido sin avances significativos durante más de 20 años. Se trata de una infatuación tal con una teoría atractiva que la teoría se convierte en un hecho, y los hechos reales que no encajan con dicha teoría son ignorados, descartados o etiquetados como meras ‘interpretaciones’."

Esta declaración fue hecha en un debate en línea organizado por la Sociedad Geológica de Londres entre septiembre de 2003 y febrero de  2004. Durante varias semanas, los científicos defendieron hipótesis opuestas, un grupo apoyando la idea de que el impacto que originó el cráter de Chicxulub causó el depósito de la capa rica en iridio del límite K-T y provocó la extinción de los dinosaurios; y el otro grupo insistiendo en que el cráter de Chicxulub no tiene ninguna relación con el límite K-T, y por lo tanto no causó la extinción de los dinosaurios. Es de destacar que ambos grupos presentaron pruebas extraídas en los mismos afloramientos de los mismos lugares e incluso utilizaron las mismas muestras. Cada grupo considera que tiene evidencia convincente en apoyo de su modelo. 5

Queda pues claro que no todos los expertos apoyan la idea popular de que un impacto extraterrestre causó la extinción de los dinosaurios. De hecho, existe un fuerte desacuerdo al respecto. ¿Sería  posible encontrar un modelo alternativo capaz de explicar mejor la evidencia de la que disponemos?

El desacuerdo entre científicos del mismo campo no es infrecuente e incluso se fomenta de manera específica. El conflicto favorece la detección de errores y sesgos, ayuda a la revisión y mejora de los modelos y permite el logro de resultados más fiables. Para resultar productivo, el desacuerdo no debería implicar el rechazo a priori de ningún modelo, en este caso sobre la extinción de los dinosaurios, sin importar el origen de ese modelo.
Los científicos creacionistas han propuesto repetidamente que los dinosaurios probablemente se extinguieron durante el diluvio del Génesis. Este modelo podría incluir impactos extraterrestres y vulcanismo masivo en determinadas etapas de la inundación global, aunque se requeriría de estudios específicos para determinar la causa precisa de la extinción de los dinosaurios y otras criaturas durante la catástrofe. El modelo de un diluvio universal debería ser considerado no sólo como una posible causa para la desaparición de los dinosaurios, sino también para la muerte masiva y rápido enterramiento de millones de otros organismos que encontramos fosilizados en las rocas.

REFERENCIAS

[1] Archibald, J.D., et al., Cretaceous Extinctions: Multiple Causes. Science, 2010. 328(5981): p. 973.

2 Courtillot, V. y F.d.r. Fluteau, Cretaceous Extinctions: The Volcanic Hypothesis. Science, 2010. 328(5981): p. 973-974.

3 Keller, G., et al., Cretaceous Extinctions: Evidence Overlooked. Science, 2010. 328(5981): p. 974-975.

4 Mullen, L. Shiva: Another K-T impact? Astrobiology Magazine, 2004.

5 Ver http://www.geolsoc.org.uk/page5055.html y http://www.geolsoc.org.uk/page5057.html (acceso a la información: 27 October 2011).