Congreso Sobre Orígenes Para Administradores de la Iglesia

Cuando observamos las altas montañas, con sus escarpadas cumbres cubiertas de nieves perpetuas, no podemos evitar un sentimiento de pequeñez y sobrecogimiento. A veces la visión de la naturaleza en todo su esplendor nos provoca sensación de paz y reverencia, otras, sobre todo cuando somos testigos del poder de los elementos, nos puede generar temor. En cualquier caso nuestro socorro no se encuentra en la naturaleza sino en el Creador de la naturaleza, nuestro amante y omnipotente Dios en quien siempre podemos confiar.

Esta fue una de las numerosas reflexiones espirituales compartidas durante el Congreso sobre Orígenes que tuvo lugar el pasado verano en los Alpes, del 26 de junio al 6 de julio de 2017. Los asistentes, más de cincuenta administradores de la iglesia procedentes de la Conferencia General y de las distintas Divisiones, tuvieron la oportunidad de visitar numerosos lugares de importancia geológica de los Alpes italianos, franceses y suizos, bajo la guía de los científicos del Geoscience Research Institute.

Ronny Nalin, geólogo del GRI con una amplia experiencia en investigación sobre rocas sedimentarias, fue el organizador del viaje e hizo un gran trabajo pedagógico transmitiendo a los participantes la importancia de los Alpes para la geología bíblica. Esta cordillera, se extiende por varios países europeos, representa en realidad la cicatriz de un violento pasado en el que África y Europa chocaron, y si se sabe dónde mirar, se pueden encontrar muchas evidencias de ese impresionante evento. En sucesivas excursiones a lo largo del congreso los participantes aprendieron a diferenciar las rocas magmáticas, que se forman por la solidificación de roca fundida del interior de la tierra, de las rocas sedimentarias, que se forman a partir del depósito de sedimentos y se encuentran organizadas en capas. También pudieron observar rocas procedentes del fondo marino, e incluso algunas procedentes del manto terrestre, que a consecuencia del choque se levantaron y ahora se encuentran expuestas a miles de metros de altura. Aunque resulta muy difícil de concebir, la magnitud de lo que ocurrió se aprecia cuando se observan las rocas altamente fragmentadas por sucesivos ciclos de compresión y extensión, los pliegues que afectan a paredes rocosas de cientos de metros de altura y sobre todo, al conocer que uno de los iconos alpinos, el monte Cervino or Matterhorn, es en realidad fragmento de la placa africana que se desplazó decenas de kilómetros sobre la placa europea, hasta donde lo encontramos en la actualidad. También impresionantes fueron las observaciones de los glaciares, tanto de los que se encuentran activos hoy como de los antiguos glaciares que dejaron sus huellas a lo largo de la cordillera: grandes morrenas (acumulaciones de rocas arrancadas por el frente y los laterales de la lengua de hielo), valles colgantes, superficies pulidas y estriadas, y enormes rocas solitarias transportadas por el hielo y abandonadas muy lejos de su origen.

El congreso fue intenso y cargado de contenido tanto teórico como práctico. Los científicos del GRI presentaron numerosas ponencias sobre temas como el mal en la naturaleza, el registro fósil, evolución teísta, diseño a nivel molecular, las selección natural y el origen de la biodiversidad, Dios y el Big Bang, cuestiones acerca del tiempo, similitud entre humanos y chimpancés, homínidos fósiles, etc. Completaron el programa las visitas guiadas al museo paleontológico de Meride, al parque zoológico de Introd y al museo de ciencias naturales de Ginebra. Los asistentes se mostraron entusiasmados con todo lo que habían aprendido y compartido, y decidieron poner en marcha varias iniciativas para promover la idea de la Creación en las diferentes Divisiones.

La Biblia nos dice en Lucas 19:40 que si nosotros callamos, las piedras hablarán. Los asistentes al Congreso sobre Orígenes en los Alpes comprobaron de primera mano que las rocas tienen muchas cosas que contarnos acerca de un pasado catastrófico coherente con la narración bíblica del diluvio. Esperemos que las piedras no tengan que hablar “por nosotros” sino que lo hagan “con nosotros”,para que juntos podamos hacer llegar muy pronto a todo las naciones de la tierra el mensaje del primer ángel: “Temed a Dios y dadle honra, porque la hora de su juicio ha llegado. Adorad a aquel que hizo los cielos y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas.” (Apocalipsis 14:7).

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