Asuntos Cruciales en la Interpretación de Génesis 1

Dr. Randall W. Younker

Se han debatido muchos asuntos, tanto teológicos como científicos, en relación con la descripción de la creación en Génesis. Estos asuntos están relacionados y han resultado en numerosos intentos de responder a las muchas preguntas interpretativas involucradas en una interpretación de Génesis 1 y 2. Habiéndose tratado la relación entre estos capítulos en otra parte,1 el enfoque de este artículo será sobre Génesis 1. Aunque las limitaciones de espacio no admiten un examen de cada verso, se considerarán las preguntas más cruciales que son planteadas persistentemente, incluyendo la relación del v. 1 con el resto del capítulo, el significado de los términos "abismo" (v. 2) y la "expansión" (vv. 6 - 8} y, finalmente, la creación de la luz en el primer día con las referencias algo indirectas al sol, la luna y las estrellas en el cuarto día.

Enfoques divergentes para Génesis 1:1

Han existido considerables debates sobre la traducción de Gén 1:1. "En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. En la erudición reciente ha habido dos enfoques básicos. El primer enfoque (y más tradicional) es el comprender la primera estrofa de Génesis como una oración completa (una oración independiente). En este caso la estrofa sería traducida de manera sencilla, "En el principio creó Dios los cielos y la tierra" (punto). El segundo enfoque es traducir Gén 1:1 como una "cláusula subordinada"; eso es, una parte incompleta de una oración que necesitaría estar conectada con el v. 2 para constituir una oración completa; los vv. 1 - 2 juntos, por lo tanto, serían traducidos algo como, "En el principio, cuando Dios creó los cielos y la tierra, la tierra estaba desordenada y vacía..." Buenas razones lingüísticas han sido presentadas a favor de ambas posiciones por varios comentaristas.

Recientemente, varios eruditos han propuesto una forma modificada del primer enfoque.2 Acotan que, del contexto del v. 3 en adelante, Génesis 1 está hablando, evidentemente, de la creación de esta tierra, pero que tal no parece ser el caso del v. 1. El "principio" en esta estrofa involucra tanto a los cielos (Heb. shamayim) como a la tierra (eretz), "cielos", evidentemente, puede ser comprendido tanto en un sentido local en relación con la atmósfera terrestre (es decir, "el cielo") o en un sentido cósmico (es decir, el universo completo). ¿Cómo debe interpretarse el v. 1? Varios eruditos hebreos han observado que cuando se utilizan juntos estos dos términos "cielos y tierra", asumen un significado distinto, como una figura retórica especial conocida como "merisma".3 Un merisma combina dos palabras para expresar una idea sola; expresa la "totalidad" combinando dos contrastes o dos extremos. Como destaca John Sailhamer: "Conectando estos dos extremos ["cielos y tierra"] en una expresión única... el lenguaje hebreo expresa la totalidad de todo lo que existe".4 Que las personas en la antigüedad comprendían la expresión como un merisma es respaldado por literatura extra-bíblica como La sabiduría de Salomón 11: 17 que, parafraseando Gén 1:1, se refiere al "cosmos" (kosmos) en vez de a "La Tierra" (ge).

Si esta interpretación de "cielos y la tierra" es correcta, sugeriría que "en el principio" en Gén 1: 1 describe efectivamente la creación, por Dios, del universo entero, incluyendo el sol, la luna y las estrellas - es decir, se refiere al origen final de todo en el universo.5 Sin embargo, hay un matiz sutil pero crítico al significado de la expresión "cielos y la tierra" en Gén 1:1. Como Mathews señala:

… La expresión puede ser usada exclusivamente aquí ya que trata del evento excepcional de la creación misma… "Cielos y la tierra" aquí indican la totalidad del universo, no un universo completo, organizado de antemano.6

La idea de que la creación de los cielos y la tierra en Gén 1:1 no estaba completa es apoyada por Gén 2:1, donde se lee: “Fueron pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos” (énfasis añadido). Gén 2:1 es la primera señal explícita en Las Escrituras de que la creación estaba ahora definitivamente completa. ¡Solamente después de seis días de actividad creativa sobre este planeta es declarada terminada la creación del universo!

Las implicaciones de esta interpretación son interesantes y significativas. Primero, es fiel a la traducción más tradicional y probablemente mejor de Gén 1:1 como oración completa: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra" (punto). Segundo, "los cielos y la tierra" de Gén 1:1 representan efectivamente todo - el universo completo. En tercer lugar, evidentemente coloca a Dios como el creador en el origen absoluto de todo, un punto que está en armonía con el resto de Las Escrituras (y un asunto fundamental en relación al autor de Génesis  frente a los reclamos mesopotámicos). En cuarto lugar, crea una separación entre la creación del resto del universo y la de esta tierra. Es decir, hay otros mundos y seres cuya creación precedió a la de nosotros mismos.7 Quinto, implica que hay un cambio en el significado de "la tierra" en la expresión "los cielos y la tierra" de Gén 1:1 a la "tierra" que era "sin forma y vacía" en el v. 2. Efectivamente, algunos eruditos han percibido esta diferencia respecto a los significados diferentes de "tierra" en Gén 1:1 y 1:2. Como acota Mathews, "El término ‘tierra’ en el v. 1 usado en concierto con "cielo", indicando así a todo el universo, diferencia su significado de "tierra" en el v. 2, donde tiene su típico sentido de tierra terrestre."8 Finalmente, esto quiere decir que, desde la perspectiva de Dios, el universo como un todo no estuvo completo hasta que nuestro planeta pequeño fue terminado.

Los últimos tres puntos imponen la interrogante: ¿cuánto tiempo separa la creación de "los cielos y la tierra" en Gén 1:1 del comienzo de los seis días de creación de esta tierra cuya descripción empieza en Gén 1:3. Esto, sencillamente, no lo sabemos. Aparentemente fue durante este tiempo que tuvo lugar la caída de Satanás desde el cielo. Pudo haber sido un tiempo considerable. Todo lo que la Biblia nos dice es que, cuando Dios empezó los seis días de la creación, la tierra estaba "desordenada y vacía" (en la versión King James, en inglés, la traducción literal sería “sin forma y vacía”). Los dos sinónimos hebreos involucrados aquí son tohu "sin forma, vacía" y bohu "vacía, nada". Incluso en inglés, estamos un poco desconcertados por lo que significa sin forma y vacía: ¿una burbuja vacía y deforme? ¿la nada? Algunos han comparado la expresión con "caos".

Sin embargo, en realidad parece sólo estar describiendo una tierra que es un desierto estéril que aguarda la palabra creativa de Dios para hacerlo habitable para la vida humana. Como dice Isa 45: 18 "no la creó [la tierra] en vano (tohu), para que fuese habitada la creó".9 En este versículo "vacía" (tohu) es igualada a "deshabitada". El punto de Gén 1:1 - 2 no es que no hubiera materia aquí cuando Dios comenzó los seis días de la creación, sino más bien que no hay materia alguna en ningún lugar del universo (en esta tierra o en los cielos) que Dios no haya creado. No hay ningún problema con el uso que Dios hizo de la materia que Él ya había creado para formar o crear algo más (los mismos seres humanos fueron creados del polvo). Dentro de un contexto mesopotámico, Gén 1:1 afirma que el Dios bíblico existía en el principio de todo, negando así todo reclamo de soberanía divina para cualquier otra deidad.

Tinieblas sobre el abismo (Gén 1:2)

El tehom bíblico "abismo" (también “mar”) sencillamente se refiere a las aguas que estaban aquí cuando la tierra estaba en la condición de tohu wbohu "desordenada y vacía" entre la creación inicial y la terminación de la tierra para hacerla habitable. La opinión anterior de la erudición de que el tehom bíblico ("abismo") es obtenido de la deidad babilónica primigenia del agua Tiamat ha quedado revelada como equivocada10 y virtualmente ningún erudito persevera en tal opinión. En vez de ello, ahora está claro que tanto el babilonio Tiamat como el hebreo tehom se obtienen de una palabra semita común para océano y, por lo tanto, no necesariamente guardan alguna relación entre ellas. El hecho de que ahora ha sido demostrado que el Enuma Elish (que menciona a Tiamat) es una historia de la creación posterior a Génesis 1 - 11 simplemente refuerza esta conclusión.

El poder de Yahweh sobre el tehom era importante para la comunidad mosaica. Fue al tehom a quien se enfrentó Israel en el Mar Rojo, pero Yahweh pudo superarlo (Éxodo 15:5,8; cf.; Salmos 106:9; Isa 51:9-10; 63: 13). Como Mathews nos recuerda, el tehom no sólo está en el medio del camino de Israel cuando dejan Egipto, esta misma palabra es usada como una analogía para los Cananitas a quienes los israelitas deben superar (¡con la ayuda de Dios!) para poseer la tierra prometida (Éxodo 14:21-22; Josué 3:14-17).11 En retrospectiva, Moisés recuerda a Israel que fue este mismo tehom el que Dios controló en tiempos del diluvio de Noé.

La expansión          (Gén 1:6-8)

Una interpretación todavía muy aceptada para “expansión” raqia’ entre los eruditos bíblicos modernos fue expresada hace tiempo por Fosdick:

En Las Escrituras la tierra plana está asentada sobre un mar subyacente; es estacionario; los cielos son como un tazón boca abajo o dosel encima de ella; la circunferencia de esta bóveda se apoya en pilares; el Sol, la Luna, y las estrellas se mueven dentro de este firmamento de propósito especial para iluminar al hombre; hay un mar encima del cielo, "las aguas que estaban sobre la expansión", y a través de las "ventanas del cielo" cae la lluvia; dentro de la tierra está Sheol, donde moran los oscuros muertos; este completo sistema cósmico está colgado sobre el vacío; y fue hecho en seis días con una mañana y una tarde, un tiempo corto y mensurable atrás. Ésta es la cosmovisión de la Biblia.12

Se presentan tres líneas básicas de evidencia en defensa de esta visión de la cosmología hebrea antigua: (1) los hebreos sostuvieron esta visualización en común con sus antiguos vecinos, especialmente Mesopotamia; (2) las versiones griega (LXX Septuaginta) y latina (Vulgata) traducen el raqia’ hebreo de Gén 1:6 como stereōma y firmamentum respectivamente, mostrando que raqia’ significa algo sólido como una cúpula invertida o bóveda de metal; (3) raqia’ en sí misma porta el sentido de metal martillado o estampado.

Como los argumentos 1 y 2 han afectado al argumento 313 - es decir, tanto la suposición de que los vecinos antiguos de Israel tenían la cosmología del "tazón de metal invertido" y que el griego y el latín parecen confirmarlo, dando como resultado la definición que los lexicones dan al hebreo raqia’, es importante examinar las evidencias a favor de los dos primeros argumentos antes de buscar el propio significado de raqia’.

El firmamento en la cosmología Mesopotámica antigua

Eruditos bíblicos ya en el siglo XIX empezaron a considerar la idea de que los antiguos creían en una bóveda sólida celeste. Entonces, en 1850, Hormuzd Rassam descubrió siete tabletas en la biblioteca de Ashurbanipal en Nínive en las que se encontró un registro mesopotámico de la creación, ahora conocido como el Enuma Elish.14 La composición original puede fecharse en las postrimerías del segundo milenio, alrededor del 1100 a.C., durante la época de Nabucodonosor 1. Uno de los primeros eruditos en utilizar este registro de la creación en un intento de reconstruir una cosmología babilónica antigua fue el alemán asiriólogo Peter Jensen en 1890. En las Tabletas IV y V se da una idea general de la cosmogonía y cosmología básicas babilónicas. La creación de la Himmelswölbung ("bóveda celeste") aparece en la línea 145 de la tableta IV. Trabajos como el de Jensen añadieron apoyo a la escuela pan-babilónica liderada por eruditos como Friedrich Delitzsch (1850 - 1922), quien argumentaba que los hebreos recibieron muchas de sus ideas sobre la historia primigenia, incluyendo su versión de la creación, de los babilonios durante el exilio. Pronto, varios críticos eruditos aumentaron el significado hebreo de raqia’ en los lexicones, comentarios, etcétera, añadiendo la idea de una bóveda sólida, generalmente compuesta de metal.

Entonces, en 1975, cuando el asiriólogo W. G. Lambert trató de localizar la idea de que los babilonios concibieron al firmamento como una bóveda sólida en las fuentes babilónicas originales, ¡su búsqueda resultó vana! La confirmación más cercana que pudo encontrar fue el estudio original de Jensen en 1890, que traduce la palabra babilónica para "cielo" en Enuma Elish IV 145 como Himmelswölbung o "bóveda de cielo". Aunque Lambert admira en general el innovador trabajo de Jensen, señala que Jensen hizo esta traducción sin ningún tipo de validez o justificación. En vez de ello, Jensen simplemente hace la traducción y luego sigue de allí en adelante como si "el punto hubiera quedado demostrado".15 Aparentemente Jensen aceptó la suposición común de que los babilonios concibieron el firmamento de este modo y ¡arbitrariamente tradujo la palabra babilónica para cielo como bóveda! Sin embargo, después de examinar las

evidencias, Lambert llegó a la conclusión de que: "La idea de una bóveda de cielo [en la literatura babilónica antigua] no está basada en ninguna prueba de evidencia". Más bien, Lambert señala que los babilonios antiguos vieron al cosmos como una serie de capas planas, superpuestas, del mismo tamaño, separadas por el espacio, mantenidas unidas por medio de cuerdas; no se observa allí ningún indicio de una cúpula sólida.

El estudio de Lambert fue continuado por su estudiante, Wayne Horowitz, quien acota que "aunque el cielo claro nos parece a nosotros como con forma de cúpula, en vez de un círculo plano, no hay evidencias directas de que los mesopotámicos antiguos pensaban que los cielos visibles fueran una cúpula. El kip-patu acadio consiste siempre en objetos planos y circulares, como círculos geométricos o argollas, en vez de cúpulas tridimensionales."16 Aún permanece el hecho de que no hay palabra sobre una bóveda celeste con forma de cúpula en la antigua Mesopotamia.17

Traducciones de raqia’

Esto nos trae a la segunda línea de evidencia que se usa a favor de la idea de que raqia’ representa un tazón de metal invertido - las traducciones de la palabra con el griego stereōma (LXX Septuaginta) y el firmamentum de la Vulgata Latina. ¿Por qué los traductores griegos y latinos usaron estas palabras, cuando ambas expresan el sentido de algo sólido? De acuerdo con la Carta de Aristeas, la versión Septuaginta de Las Escrituras hebreas fue encargada por el gobernante egipcio, Ptolomeo (II) Filadelfo, quien quería incluir este trabajo en la famosa biblioteca que él estaba estableciendo en Alejandría. Aunque en Alejandría se interesaron en todos los campos del conocimiento, la cosmología era prominente entre ellos. Los griegos, que habían estado estudiando este asunto intensamente desde el siglo VII a.C. en una manera que debe ser considerada realmente el augurio de nuestro enfoque "científico" moderno, no estaban sólo interesados en cosmogonías, mitos y leyendas antiguas; realmente querían conocer la naturaleza física precisa del universo, incluyendo de qué estaban hechas las cosas, y cómo funcionan realmente en una manera mecánica.

Para ayudarse en sus investiga-ciones, los griegos peinaron todos los materiales astronómicos tanto de los babilonios como de los egipcios antiguos. Ya para el siglo VI a.C., el discurso griego sobre el cosmos se había trasladado más allá de los modelos de discos planos comunes en Egipto y Mesopotamia y estaban girando en torno a la idea de que una o más esferas sólidas rodeaban la tierra (nota - éstas no eran cúpulas medio esféricas o hemisféricas, o una bóveda que se apoyaba en una tierra plana).

Así, de manera irónica, es de los griegos que emerge el más antiguo concepto de cielo de “metal” o modelo de las esferas. De manera interesante, aunque generalmente asociamos el debate entre una cosmología heliocéntrica versus una cosmología geocéntrica al pensamiento de Copérnico y Galileo, los griegos en Alejandría ya estaban entretejiendo formas cercanas de ambas cosmologías.18 Por lo tanto, la idea de que la tierra fue cercada dentro de una o más esferas duras era común dentro de la academia en Alejandría cuando la Septuaginta estaba siendo traducida, y es indudablemente el factor principal (más que la etimología) en la elección de los traductores judíos helenísticos a favor del stereōma griego por el raqia’ hebreo antiguo".19

Empleo Bíblico de raqia’

Esto nos deja con el sentido final para raqia’ y su empleo real en la Biblia hebrea. El verbo básico raqa’ significa sencillamente “estampar, dispersar, estirar”.20 La idea es hacer algo fino estirándolo. Es importante notar que no hay nada inherente en la palabra que evoque ya sea una forma (cúpula) o material (metal) específicos. Raqa’ también es usado como un verbo para objetos no metálicos como la tela de una tienda o una gasa (en cuyo caso la idea de “estirar” y “dispersar” tiene mucho más sentido). Si el objeto es duro o blando debe ser determinado por el contexto.

Mientras los usos de raqia’ en Génesis 1 no proveen ninguna indicación directa en cuanto a la naturaleza del material, Gén 1:14, 20 provee alguna luz desde una perspectiva fenomenológica respecto a cómo los antiguos hebreos comprendían raqia’. En el v. 14, raqia’ está

donde están ubicados el sol, la luna y las estrellas, pero el v. 20 indica que las aves pueden volar sobre éste o (mejor aún) ¡en éste! La expresión hebrea completa al-pni raqia’ generalmente se traduce como "en los cielos abiertos", significando "arriba", "por encima", o "en" los cielos. En otras palabras, ¡las aves estarían volando debajo del firmamento (y el sol, la luna y las estrellas) si el raqia’ fuera interpretado como una estructura maciza! El texto presenta a las aves volando en el raqia’, pero evidentemente a un nivel más bajo que el sol, la luna y las estrellas. O bien el autor concibe capas múltiples o una expansión ininterrumpida desde el nivel de las aves hasta el nivel del sol, la luna y las estrellas. Sailhamer, prefiriendo la última explicación, argumenta que raqia’ debe interpretarse simplemente como "cielo".21 La propia revisión del autor de los comentaristas de la Biblia pertene-cientes al período bizantino, la Edad Media, y hasta la época de la Ilustración, demuestra que raqia’ es traducido comúnmente como "expansión" - algo no sólido - y no interpretado como un tazón de metal invertido.

La luz y el sol   (Gén 1:3-5, 14-19)

Un asunto final en la historia de la creación que probablemente deba ser discutido brevemente es la creación de la luz en el primer día y la referencia al sol, la luna, y las estrellas en el cuarto día. Sin pretender aportar una respuesta final para esto, Sailhamer acota que hay una diferencia sutil pero significativa en la gramática y la sintaxis hebrea del v. 14 cuando se compara con el v. 6.22 Específicamente, en el v. 6 se lee "Haya expansión", creando algo que no estaba ahí antes. Sin embargo, en el v. 14 Dios no dice "Haya lumbreras en la expansión para separar el día de la noche..." como si no hubiera ninguna luz antes de Su mandato y luego de este vinieran a la existencia. En vez de esto, el texto hebreo dice, "Dejemos ser las lumbreras en la expansión para separar el día de la noche..." De acuerdo con Sailhamer:

El significado del mandato de Dios en el versículo 14 es que las "lumbreras" que fueron creadas "en el principio" ahora sirven para "separar el día y la noche" y "sirvan de señales para las estaciones, para días y años". Teniendo en cuenta la diferencia entre la sintaxis hebrea del versículo 6 y del versículo 14, el relato sugiere que el escritor no interpretaba que su registro del cuarto día fuera un registro de la creación de las lumbreras, sino simplemente una declaración de su propósito. El relato supone que las lumbreras celestiales ya habían sido creadas "en el principio".23

Curiosamente, un argumento similar con referencia a las estrellas es usado por Colin Mouse, quien señala que el hebreo de Gén 1: 16 se traduce mejor como "y Dios hizo las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para gobernar el día, la lumbrera menor para gobernar la noche con las estrellas".24 La implicación es que las estrellas no fueron creadas en el día cuatro, sino que más bien simplemente se unieron a la luna en su tarea de "gobernar" la noche.

Otro detalle importante es el hecho de que los términos hebreos usuales para sol y luna son evitados, siendo descritos en vez de ello como las lumbreras "mayor" y "menor" (v. 16). Dejando a un lado sus nombres, el autor de Génesis disminuye la importancia que le había sido asignada a estos astros por sus vecinos mesopotámicos, cananitas y egipcios, todos los cuales deificaron al sol y a la luna.

Conclusiones

Aunque Génesis 1 no provee una descripción detallada y científica sobre qué ocurrió en la creación, brinda un registro históricamente confiable de la actividad creativa de Dios, que es tanto autorizada como precisa. Describe la creación de esta Tierra y la vida en ella como culminación de la creación más generalizada del universo, mencionada resumidamente en Génesis 1: 1. Ω

____________________

La Biblia Reina Valera traduce erróneamente este versículo, quedando en la versión de 1960 “Haya lumbreras en la expansión de los cielos”, lo que imposibilita ver la diferencia de sentido entre ambos versículos (6 y 14) (N. del T.)

Bibliografía

1 Randall W. Younker, "Are There Two Contradictory Accounts of Creation in Genesis 1 and 2," en Interpreting Scripture (ed. Gerhard Pfandl; Silver Spring, Md.: Biblical Research Institute, en prensa).

2 E.g., John Sailhamer, Genesis Unbound (Sisters, Ore.: Multnomah, 1996); Kenneth A. Mathews, Genesis 1-11:26 (NAC; Nashville, Tenn.: Broadman and Holman, 1996); John D. Currid, Ancient Egypt and the Old Testament (Grand Rapids, Mich.: Baker, 1997), 65.

3 Véase Sailhamer, Genesis Unbound, 56 y 102-3 (donde él discute convincentemente que el v. 1 no puede ser simplemente un título para el capítulo); también Mathews, Genesis 1-11:26, 142. Esta idea no es original en Sailhamer. Franz Delitzsch y C. F. Keil, Biblical Commentary on the Old Testament (trad. J. Martin et al.; 25 vols; Edinburgh, 1857-1878; reimpreso por Hendrickson, 10 vols., Peabody, Mass., 1996), 1:37 nótese que la expresión “los cielos y la tierra” es “empleada frecuentemente para denotar al mundo, al universo, para el que no existe una palabra única en el lenguaje hebreo”.

4 Sailhamer, Genesis Unbound, 56 (énfasis añadido); véase también Richard M. Davidson, "The Biblical Account of Origins," JATS 14 (2003): 32-33 n. 88, señalando a Isaías 44:24 y Joel 3:15-16 donde la idea de totalidad en la referencia a “cielos y la tierra” es explícita (cf. John 1:1-3). Notablemente, la referencia a “nuevos cielos y nueva tierra” en Isaías 65:17, 66:22 refleja una construcción hebrea diferente que parece referirse más particularmente a la creación de esta Tierra y su atmósfera (cf. 2 Pet 3:13; Rev. 21:1).

5 Como señala Sailhamer (Génesis Unbound, 106-7), en Éxodo 20:11 no se emplea el merisma cosmo-lógico “cielos y la tierra”, en vez de ello se emplea la tríada “los cielos y la tierra, el mar”, reflejando no Génesis 1:1, sino Génesis 1:2-31 con la creación de los tres hábitats terrestres fundamentales (el cielo para las aves, el mar para los peces, y la tierra para los animales y el hombre). De esta manera Éxodo 20:11 refleja el mandamiento sabático de Génesis 2:2, después de que se había completado la creación de la Tierra.

6 Mathews, Genesis 1-11:26, 142 (énfasis añadido).

7 Véase Elena G. de White, Primeros Escritos, 40-41, describiendo la existencia de seres extraterrestres en otros planetas, los que también tienen árboles del conocimiento del bien y del mal, pero que escogieron de manera diferente a cómo lo hicieron Adán y Eva, no cayendo en pecado.

8 Mathews, Genesis 1-11:26, 142.

9 Véase ibíd., 143.

10 Claus Westermann, Genesis 1-11 (Trans. John J. Scullion; Minneapolis: Fortress, 1994), 104-5.

11 Mathews, Genesis 1-11:26, 134.

12 Henry Emerson Fosdick, The Modern Use of the Bible (New York: Macmillan, 1924), 46-47.

13 E. A. Speiser, Genesis: Introduction, Translation, and Notes (AB 1; New York: Doubleday, 1964), 6.

14 Para una revisión conveniente de la historia del descubrimiento y publicación de estas tabletas, véase John H. Walton, Ancient Israelite Literature in its Cultural Context: A Survey of Parallels between Biblical and Ancient Near Eastern Texts (Grand Rapids, Mich.: Zonder-van, 1989), 21-22.

15 W. G. Lambert, "The Cosmology of Sumer and Babylon," en: Ancient Cosmologies (ed. Carmen Blacker y Michael Loewe; London: George Allen & Unwin, 1975), 62.

16 Wayne Horowitz, Mesopotamian Cosmic Geography (Winona Lake, Ind.: Eisenbrauns. 1998), 264-65.

17 Véase Íbid., 262-63.

18 En edades tan tempranas como la de Homero (Odyssey, líneas 325-29) los griegos estaban especulando que los cielos eran una olla de metal invertida (sideron ouranon). Se pueden seguir variaciones del modelo griego original no pulido a través de varios filósofos, incluyendo a Anaxi-mandro, Pitágoras, Anaxímenes, Empédocles, Aristóteles y Aristarco de Samos, quien propuso una cosmología heliocéntrica.

19 Véase Bert Thompson, What Was the Firmament of Genesis 1? (Montgomery, Ala.: Apologetics Press, 2000); en línea: http://www.apologeticspress.org/articles/2168.

20 Según BibleWorks 4: "En el AT, la connotación resaltante de raqa’ puede ser comprendida literalmente, indicando un regocijo malicioso (Ezeq. 25:6) o un entusiasmo amenazador (Ezeq. 6: 11). Puede ser usado figuradamente para describir a enemigos vencidos y aplastados (2 Sam 22:43). En los rollos de Piel y Pual, el verbo raqa’ adquiere el sentido de batir metales preciosos, y la dispersión o extensión que da como resultado" (por ejemplo, la sobreimpresión de una imagen (Isa 40:19; cf. Exod 39:3; Jer 10:9). También, raqa’ puede significar "Dios… que extiende la tierra" (Isa 42:5; 44: 24), “extender la tierra sobre las aguas (Sal. 136:6), o extendiendo el cielo intangible (Job 37:18)."

21 Sailhamer, Genesis Unbound, 116; cf. Mathews, Genesis 1-11:26, 150. Los textos bíblicos que parecen describir al cielo en una manera sólida, como metálico, son textos poéticos, ricos en metáforas y difíciles de asumir literalmente, porque entonces serían contradichos por otros pasajes que describen a los cielos en términos completamente diferentes (véase Thompson, What Was the Firmament of Genesis 1?).

22 En el v. 6, el verbo hebreo hyh ("haya") aparece solo, mientras que en el v. 14 aparece con un infinitivo (whyw). Véase Sailhamer, Genesis Unbound, 132-35, justificando su enfoque sobre la gramática y sintaxis de Gén 1:14 con argumentos tomados de Gesenius' Hebrew Grammar (ed. E. Kautzsch; trad. A. E. Cowley; Oxford: Clarendon, 1910), 348. Para una interpretación diferente de la sintaxis, consúltese a Benjamin Shaw, "The Literal Day Interpretation," in Did God Create in Six Days? (ed. Joseph A. Pipa, hijo y David W. Hall; Taylors, S.C.: Southern Presbyterian, 1999), 211-12.

23 Sailhamer, Genesis Unbound, 132.

24 Colin L. House, The Successive, Corresponding Epochal Arrangement of the "Chronogenealogies" of Genesis 5 and 11B in the three textual traditions: LXXA, SP, and MT (Disertación doctoral, Andrews University, Berrien Springs, Mich., 1988), 241-48, nótese también que el objeto marcador et puede ser traducido "además de" o "también".